25.1.11

Potencialidades, siempre insospechadas

Los políticos mentan la educación, y se la mientan. Que hay que reformarla toda, que es la solución a la violencia y a la deuda externa. Los empresarios agregan: que no hay nada más podrido, y nada menos deseado por reformar. Los mexicanos somos, después de PISA, y con tanto sicario de doce años, una sociedad primitiva, amigdalina-reptilianea y en el total analfabetismo funcional. En el contexto de las elecciones presidenciales de 2012, la educación ya es parte de las campañas: esa creación alucinante que nos chupa la sangre en nuestra vida partidocrática.

Pero esta vez (me asombro a mí mismo) voy a poner una pequeña alteración, y es una casi optimista.

En una nota sobre arte y las próximas elecciones políticas en México (Cultura y oferta política, de Gisela Rubach, via @lasillarota), encontré la referencia a la Encuesta Nacional de Hábitos, Prácticas y Consumo Culturales 2010, que realizó el Conaculta,  cuya constante mayor, dice Rubach, es que la causa principal por la que la gente no va a espectáculos culturales es falta de tiempo y dinero. La encuesta, hecha bajo el enfoque de las "bellas artes", confirma que los mexicanos somos unas bestias que no vamos a la opera, no leeemos libros, ni sabemos qué es ballet.

Pero la retórica cantaleta colectiva de que la educación en México es casi una vieja chocha porfiriana, domina la mente de la maestra del ITAM, que no ve nada cuando escribe:

Una pregunta de la encuestas es “¿Usted sabe tocar un instrumento musical?”, la respuesta del Sí alcanzó un 16%, el No un 83%, y el 1% No contestó. Ahora bien, de ese porcentaje que sí ejecuta el 52% es con una guitarra y el 18% con la flauta, y cómo no vamos a tener esos resultados si es lo que obligan a practicar en la enseñanza básica. Parece que nos quedamos con lo obvio, con lo básico como país. Y si nuestra inversión es pobre en cultura, pobre serán nuestros resultados.
Tampoco le sorprendió que ese 16% que toca la guitarra y la flauta, coloque a México numéricamente por encima de el Reino Unido y España. Mucho menos que un 6% contestó que ha escrito en los últimos doce meses algún cuento, poema o novela en su tiempo libre.

No estoy diciendo que la encuesta indica lo que dice (sería el último en dar esa cualidad a una encuesta), pero es interesante que en esas dos preguntas el sujeto es planteado de manera distinta. Ninguna otra pregunta le inquiere por su participación más allá de ser espectador, visitante y consumidor.

La actitud de Gisela Rubach, retrata muy bien la retórica de la reforma educativa. Lo que hacen los profesores es visto como escenas de vida medieval (con toda la carga de "antiguo" y "oscuro"). Es cierto que resulta un contraste fuerte pensar en un grupo de cincuenta adolescentes aprendiendo una melodía en la flauta por repetición, frente a el mundo en el que esos mismos adolescentes viven. Pero ese 16% nos hace pensar también en algo más esencial, en algo que no podemos renunciar a soñar porque sabemos (en cuerpo y conocimiento) que su potencialidad es real: que la educación es un asunto de vida.

No se trata de estándares, ni de competencias, se trata de vidas y de nuestra sociedad. ¿Cuántos de ese 16% ha logrado no sólo tocar, sino hacer suyo la guitarra o la flauta? ¿Cuántos de ese 16% sedujeron a su enamorado o enamorada con una melodía? ¿Cuántos se acompañaron con el intrumento en momentos de soledad? ¿Cuántos aprendieron un repertorio de rancheras y baladas que en familia y con amigos ayudan a la unión? Y ¿cuántos recuerdan con cariño a su profe de música? Seguramente muchos.






Enhanced by Zemanta

18.1.11

Oh! Subjetividad

Varias discusiones intestinas tengo en borrador preparándose para salir al post, pero antes, como primero del año, mejor traje esta imagen para recordarnos esa diferencia, y ese vigor...


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...